11 de noviembre de 2015

Todo no es de color

Me gusta leer, es lógico. Si te gusta escribir primero tienes que empezar por leer. Cualquier cosa, desde blogs, a diarios, libros, ect… A menudo leo entrevistas de personajes o artistas que me resultan llamativos, sobre todo por si hay entrelíneas; a veces están aposta otras no.

En el tema flamenco, limitándome a la disciplina del cante, leo entrevistas por doquier; de los de antes, de los de ahora, de todos. Analizo las preguntas, las respuestas, la estructura del texto, la introducción, los paréntesis… intento aprovechar  toda la información que me aparece (rara vez me parecen interesantes de contenido). Es curioso como los cantaores/cantaoras de antes hablan en ellas de sus “colegas” de la época o más viejos que ellos mismos, alguna vez, nombran a cantaores poco conocidos o aficionados que escucharon o conocieron. Hoy en día no encuentro similitudes de actitud. Los cantaores actuales nombran a los artistas de antes, no a los colegas del mundillo con los que se reparten el pan, salvo colaboraciones que exige el guión, que es cuando se adoran. No se critican, no se destacan. Nada. Antes lo mismo que se daban palmadas en la espaldas a alguno también se le clavaban puñaladas.

Si leemos una entrevista de hace 40 años, los nombres de referencia son los mismos que hoy: Pastora Pavón, Manuel Torre, Antonio Chacón, Manuel Vallejo, Pepe Marchena, Manolo Caracol, la Fernanda y la Bernarda, Antonio Mairena, Porrinas de Badajoz… y un largo etcétera de artistas ya desaparecidos estando entre los actuales Camarón de la Isla o Enrique Morente, ausentes también.




No le “eché cuenta” hasta hace poco, cuando leí en una entrevista de una cantaora que escuchaba y aprendía de José Merce y Arcángel. Y dije, ¡Ostia! ¡Qué disparate! Dos escuelas tan diferentes, dos generaciones, dos formas de concebir y transmitir el flamenco tan opuestas… Imagino que algo se podrá aprender de cada uno de ellos, yo no canto, lo desconozco. Pero cabeza comenzó a maquinar…

¿Por qué los artistas de antes eran referencias entre ellos? ¿Había admiración recíproca de verdad? ¿Nadie se lleva mal con nadie hoy? ¿Por qué los cantaores de hoy solo nombran a los cantaores tradicionales de antes? ¿No admiran a sus compañeros del gremio? ¿No se puede decir en la actualidad que se escucha a Rocío Márquez, Marina Heredia, Miguel Poveda o Antonio Reyes? ¿Por qué pasa esto de cara a la galería? ¿No quieren hacerle publicidad a otros? ¿Son rivales o compañeros?

Voy más allá, está claro que el flamenco se concibe hoy de forma diferente, ya no se juntan tres o cuatro artistazos y se encierran en un cuartito (por ejemplo) hasta que salga el sol y lo vean doble, ni se van en Ferry juntos a compartir cartel en Tánger. Quizá ahí está la diferencia del antes y del hoy, se escuchaban, tenían sus roces o sus afinidades... Todo en este mundo cambia con el paso de los años, el flamenco es una música tradicional, pero la tradición evoluciona y a veces alguien la revoluciona también, creo que todos estos detalles vienen de ahí; el estilo de vida, la rutina de esta sociedad, el cómo se vive hoy una carrera de cantaor. Promociones, viajes, dietas, redes sociales, managers, lanzamientos de singles… cifras, cifras y más cifras.

Muchos de los que nos dejaron huella terminaron sus días en la pobreza y el olvido. Otros corrieron mejor suerte. Ahora eso es impensable.

Hoy tengo la sensación de que el flamenco es un número unas veces, y un sentimiento, muy pocas. El caso es que me aburren porque no me sorprenden, no me pellizcan. Todo es lo de siempre. Todo no es de color.

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