10 de julio de 2014

Al vuelo

No se muy bien como va esto, porque todo pasó deprisa y de repente todo ocurre muy lento. Soy nueva, aunque te cueste creerlo. Es como un primer día de trabajo, o como si probara una fruta tropical de nombre extraño. Así, es como estar nerviosa e inquieta constantemente. Me pierdo cada día y me encuentro cuando escucho que no quieres irte, que tu brazo es quien me agarra, tu mano la que me alborota el pelo y tus ojos me buscan desde cualquier ángulo. Siempre fue así, risueños y encendidos como la primera vez que te vi; mientras hablabas con un puñado de gente y me dio tiempo para hacer ganas de irme sin presentarme.





Solo hablo de mi, porque solo existes para mi. Como un lienzo en blanco que mancho de colores y tu prefieres pintarme en tu rutina, en la tarde que abandona el sol, en el escondite desde donde observas, en el rincón donde te escucho respirar con atención. Pero apenas me dibujas la sinceridad sobre la calma del mar, la bravura de las olas por la noche rompen en mi mente para no dejarme dormir; ojala a ti tampoco te dejen.

A veces callas, hablo, y callas. No quieres que sepa lo que conozco de sobra, se adivina en el silencio con nombre de mujer, en otro lugar, en otro decorado. Me prohíbes no saberlo de tu boca omitiendo la realidad que te golpea cada vez que me miras, que me sientes a tu lado. Estás tranquilo, disfrutas; y aunque quieres dormir, la línea curva de tu boca no te deja y me siento libre en la cárcel que hemos construido juntos. Y qué.

Podría decirte hoy lo que no sabes, estás tan lejos que mi memoria no puede recorrer tantos kilómetros solo para recordarte que vuelvo a tu recuerdo, como el agua busca al cauce y muere en el mar. Quizá esté tocando tierra o flotando en el océano, o incluso puede que en este mismo momento las palabras estén volando a tu nido.


Hoy no te voy a elegir para decirte nada. Nos veremos en otro decorado, en otro lugar y el silencio llevará mi nombre. Me mirarás como siempre, más allá de mis ojos, me besarás más allá de mis labios y todo volverá a ser como nunca será. Si cierro los ojos aún te siento dentro de mí, noto tu calor, y yo tan fría; como te gusta a ti. Llevo ese olor que se contagia cuando poso mi cabeza en tu pecho, y me acaricias la espalda contándome como es lo que desconozco mientras memorizo cada palabra. Mi imaginación a veces quiere volar contigo. Pero todo en la vida está escrito y tiene un punto final, o un punto y seguido o tres puntos suspensivos...

Puedes encender la luz o correr la pesada cortina que cubre la ventana, vestirte con un café y una tostada, peinarte frente al espejo de otra nueva realidad. Puedes empezar a vivir de nuevo, con otra luz, juntar el cielo con la tierra sin la línea del horizonte. Puedes llenar una maleta con las ganas de verme mientras miras el asiento de tu coche donde yo no estoy. Todo está permitido mientras no me llames "mi vida", sabes que yo valgo más que ese desastre; y tu sabes que vales más que esta locura.

Hay cosas que no tienen precio y otras que no son de este mundo.
Aún me pregunto, en qué saco estás...

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