27 de octubre de 2013

El regalo invisible

"Banderines, serpentinas, luces y fiesta engrandecían aun más las paredes del palacio aquel día. La celebración del cumpleaños del príncipe no merecía menos que una gran verbena para todos los habitantes del reino. Las señoras lucían sus mejores tocados, y los hombres vestían lujosas capas que barrían el suelo impecable de aquel salón.

Los bufones de palacio hacían reír a los representes, a toda la familia real y por supuesto al pequeño principito. De pronto, enmedio de aquella célebre fiesta, se abrieron las puertas de la sala y la gente le dió paso a una mujer oscura, ataviada con viejos trapos que cubrían su cuerpo, la arrugas marcaban su cara y por la espalda le caía una larga trenza de pelo negro. Aquella mujer para nada esperada, caminó hasta el centro de la sala y bailó, danzó por todo el salón dejando a toda la corte embobada en su movimiento. Llegó hasta el trono del principito y le dijo:

- Te traía el duende como regalo, pero ya se ha marchado.

El niño se acercó a su padre y le dijo:
-Papa, yo quiero un duende como el de esta gitana para bailar como ella todos los días.

El Rey sonriendo contestó:
-Hijo mío, tu podrás conseguir todo lo que desees con nuestras riquezas, ganar batallas con nuestro ejército, comer de las cosechas de nuestros campos, ordenar a un pueblo entero y que te obedezcan, pero el duende no lo tiene quien quiere; sino quien nace con él."

PORQUE TÚ NACISTE CON ÉL y sabes que la grandeza no se mide en los años que cumples, tan solo es luz. La tuya.

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