11 de abril de 2012

RESACA.

Ya era hora, un mes después. En estos primeros meses del año he vivido tantas cosas tan bonitas que ahora me llega la resaca de todas ellas. Han sido meses de aprender y valorar. Todo positivo. La rueda de mi carro cobró vida y me volvió flamenca cuando menos lo esperaba.

Sus radios están llenos de mensajes y aportaciones. Hay que saber que la buena compañía te quita el frío aunque la ola siberiana me cogió en un país húmedo y frío de naturaleza. Pero como el sol y la alegría de mi sur no hay nada, yo perdí el norte hace tiempo y no quiero que me vuelva a encontrar.

Descubrí a un grupo nuevo y fresco que acaba de comenzar su andadura, me trajo la sonrisa y las raíces de los gitanos, de Hungría, de Rumania, de los Balcanes, de Grecia y un amplio folclore lleno de matices y buen gusto, música bien hecha que me devolvió las alas… gracias a Loli Paprika y su duende.

Valoré que las personas que entraron en tu vida por algún motivo permanecen por otro motivo distinto, y que el tiempo pasa por todos pero no todos cambian. "Magic".

Y me perdí en las calles de la República Checa llenas de colores y esplendor, y supe que mi familia es la mejor, y que pasear y descubrir te produce satisfacción si de verdad tu pones de tu parte en ello.

Se puede resumir, en que estos meses han sido distintos y auténticos. Y a mi me encantan los días, las semanas, los meses y ojala fueran todos las épocas del año así.

Ha llegado la primavera, se me empieza a revolver el estomago, tengo la morriña de un abrazo sincero y una palabra leal, pero la tuve. También hay que decirlo.

Con todo lo anterior escrito, no hace falta que diga el porque de mi resaca. Vamos a llamarlo así, pero no solo eso, hay un trasfondo flamenco, como no.

La rueda de mi carro empezó a sudar hace unos meses, por alegrías y por tangos. Yo no cuento hasta tres, siempre digo que cuento hasta doce, ahí es donde esta mi ritmo… en la solea, en las alegrías, en las bulerias… aunque un compás retraído de tientos, tangos o zambras siempre me sedujo. Al fin y al cabo es lo mismo, es un estilo de vida que depende del momento tiene un marcaje distinto a otro.

Estaba y estoy concienciada, que ya mi baile no es el de antes, que reposa y madura, que durmió y despertó perezoso. A los tres días de empezar la coreografía lo vi, lo hice mio, y ya casi que hasta lo disfruto. Son unos tangos copleros con toque gitano, de garra y una vez mi cuerpo acostumbrado de nuevo a la estilización y la disciplina; una vez que mi cabeza se lo cree llegan los detalles de mi casa. Levanto la ceja y me muerdo el labio. Y soy una espina como la copa de un pino como me dicen en las clases. Si, es así. Cómoda y serena, con el nervio dentro.

Una vez alguien me dijo que el flamenco se siente en toda la piel, por los poros. Se transporta en la mente y se guarda en el corazón. Pero! Se transmite desde las entrañas, desde el estomago hacia fuera. Y siempre habitará en el espacio del alma que tu le des.

Una dirección a la que mirar, y una imagen que buscar.
Es aplicable si se siente, no es necesario entenderlo para sentirlo. Realmente en mi ultima clase ya me sentía flamenca, me sentía yo. Y sabía que estos meses atrás me devolvieron mi sello, me hice autentica y ahora soy un guardián que defiende mis recuerdos con todo mi ser y lucho a diario por que me vengan resacas de todos los sitios…, de Liverpool, de Cabo de Gata, de República Checa, de mi gente, de mis amigos, y de los que al fin y al cabo, me quieren. Gracias.


Hoy me apetecía contar estos meses, de lo vivido y lo sentido, a mi manera... lejos de todo, como yo quiero aunque no lo consiga siempre. El guiño de este texto está en cada frase en la que tú te sientas ubicado. Nos vemos pronto.

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